En estos tiempos difíciles que nos está tocando vivir, en los que cada uno intenta dar lo mejor de sí mismo para que todos salgamos de esta lo mejor posible, llaman mi atención algunos empresarios y autónomos de nuestro pueblo por la actitud que están teniendo algunos bancos a la hora de acceder a las líneas de crédito facilitadas por el Gobierno para obtener la liquidez que necesitan para mantenerse a flote y conservar los empleos (y los sueldos) de los que dependen tantas familias.

Como decía, cada uno en la medida de sus posibilidades estamos haciendo todo lo posible para que TODOS podamos salir de esta crisis, juntos, sin que nadie se quede atrás:
¿Y los bancos?
- Los empleados públicos, el personal sanitario, los cuerpos de seguridad, la UME, todos los trabajadores de la cadena alimentaria, que hacen que podamos tener las tiendas abastecidas en estos días complicados, están dando lo mejor de sí mismos, con jornadas interminables y no siempre en las mejores condiciones.
- El Ayuntamiento, poniendo en marcha iniciativas que intentan mejorar la vida a los vecinos, facilitando que les lleven la compra a casa, creando y financiando líneas económicas de apoyo a las personas más desfavorecidas (personas mayores, familias monoparentales o en situación de exclusión, etc) y a los autónomos y pequeñas empresas, gestionando mejoras en los alquileres, etc.
- Las Comunidades Autónomas, colaborando, en mayor o menor medida, con el Gobierno de España, gestionando la sanidad y los transportes en el ámbito de sus competencias.
- Y finalmente, el Gobierno de España, coordinando la emergencia sanitaria, garantizando nuestra seguridad, transmitiendo confianza y tomando multitud de medidas concretas en el ámbito laboral y en el económico que permitan a nuestro tejido productivo, a nuestras empresas y autónomos, acceder al dinero que necesitan para no tener que cerrar y destruir empleo. Dichas medidas llegan al punto de avalar a quien pida un crédito.
El sector bancario, al que hubo que rescatar en la anterior crisis financiera de 2008, que ha reducido sus oficinas y sus plantillas a la mitad en estos años (provocando un elevadísimo número de despidos) y que sobreexplota a sus empleados con exigencias y jornadas de trabajo abusivas, no sólo no arrima el hombro, sino que trata de sacar el máximo beneficio posible de la actual situación. Dicen que la palabra “crisis”, en chino, significa además “oportunidad”. Parece que eso es lo único que ven los bancos.
Sólo así se explica que para conceder un crédito avalado por el estado con un dinero que no es suyo (ellos lo compran al Banco Central Europeo al 0 %), pidan a nuestros autónomos y pequeñas empresas comisiones de apertura cercanas al 1,75 %, apliquen tipos de interés de hasta el 4,0 % y les obliguen a suscribir seguros de vida (con sus propias aseguradoras) que tienen un coste de 20 €/mes (1.200 € para un préstamo de 5.000 € a 5 años, es decir, casi un 25 % del crédito concedido).
¿Cuánto les va a costar en realidad ese dinero a los clientes? ¿Un 30 %? ¿Un 35 %? Sea cual sea el precio que paguen finalmente los clientes, si ese dinero a los bancos no les ha costado nada y además se lo garantiza el Estado, si no es usura se le parece mucho.
La banca llevaba años limitando el crédito por falta de solvencia, y tras la crisis financiera de 2008 y la caída de los tipos de interés, prácticamente no obtenía rentabilidad (lo que compensaban friéndonos a comisiones). Ahora, cuando el Gobierno de España pone en sus manos el sueño húmedo de cualquier banquero (poder dar crédito casi ilimitado garantizado por el estado), en vez de arrimar el hombro y “agradecer” de alguna manera el esfuerzo que hizo nuestra sociedad hace años rescatándoles, aplica unos tipos de interés y unas comisiones fuera de lugar y obliga a contratar seguros a precios desorbitados… ¿Para qué necesita el banco un seguro de vida que le garantice que va a cobrar si tú te mueres, si ya se lo está garantizando el estado?; ¿Dónde está la tan cacareada labor social del sector bancario? ¿Cómo pueden tener la cara tan dura?

Una vez más (como siempre), la banca se preocupa más de los beneficios de sus accionistas que de beneficiar a la sociedad.
Poco podemos hacer para evitarlo, pero si esta actitud persiste, este ayuntamiento se compromete poner su granito de arena y dejar de trabajar con los bancos que estén incurriendo en estas prácticas.
Para terminar, una idea: Si España es uno de los principales accionistas de Bankia, un banco que podríamos denominar semipúblico, ¿por qué no se canalizan todos esos préstamos a través de él, al 0,5 % de interés, sin comisión de apertura y sin obligar a nadie contratar seguros de vida ni a comprar un juego de sartenes? De esta manera, además, conseguiríamos “recuperar” parte de ese rescate bancario que tanto esfuerzo nos ha costado todos estos años.
Julián Carrasco Olmo.